Artista multidisciplinar. Americano afincado en París. Pionero de la fotografía abstracta. Creador de los rayogramas y de las solarizaciones. Inspirador. Pintor, escultor y cineasta. Y fotógrafo. Al fin y al cabo, la primera vez que utilizó una cámara de fotos fue con la finalidad de reproducir su obra plástica. Su nombre real era Emmanuel Radnitzky, pero todo el mundo lo conoce como Man Ray. Surrealista y dadaísta, aunque nunca llegó a pertenecer a esos movimientos artísticos surgidos en la Europa posterior a la Gran Guerra. Siempre estuvo a la vanguardia del arte y aunque se consideraba pintor fue reconocido por su fotografía avant-garde. Su mirada fotográfica cambió la historia de este arte, para siempre.
Creció en Filadelfia, junto a su hermanos, dónde ayudaban a su padre como sastre y a su madre en sus trabajos de pachwork. Y aunque intentó que no le influyeran, en su arte se observan esos conocimientos y esa técnica. Junto a ellos visitaba museos y estudió obras de antiguos maestros. Al graduarse, en el Boys’ High School de Brooklyn y el Centro Ferrer, se le ofreció una beca para que estudiara arquitectura, pero quería ser artista y la rechazó en la búsqueda de nuevas vivencias.
En 1912 inició su propio estudio en su casa, dónde hacía pinturas, ilustraciones y dibujos, tanto tradicionales como vanguardistas (sobre todo cubistas). Al año siguiente comenzó a conocer a los vanguardistas europeos y le deslumbró la figura de Alfred Stieglitz. En 1915 realizó su primera muestra de dibujos y pinturas demostrando su interés por el dadaísmo.
Su implicación artística fue tal que llegó a cofundar el primer museo de arte moderno de Estados Unidos, la Société Anonyme, pero su trabajo solía pasar desapercibido. Su contacto con la fotografía fue accidental. Empezó en 1918, cuando empezó a fotografiar sus pinturas y dibujos. Llegó a decir: “Fotografío las cosas que no deseo pintar, las cosas que ya tienen una existencia”. Pero todo cambió.
En 1921 decide trasladarse a París, al barrio de Montparnasse, dónde se reunían los artistas del momento y surgían las obras de arte en cada esquina. No hablaba francés, así que se ayudó de Marcel Duchamp para entrar en ese mundo y pronto conoció a la Reina de Montparnasse, Kiki de Montparnasse, cantante y modelo del lugar, y su primera musa. La protagonista de la que es, hasta este momento (junio de 2024), la fotografía más cara de la historia. Te hablo de la obra Le Violon d’Ingres, de 1924, que se vendió por 12,412,500 dólares en la sala Christie's Nueva York en mayo de 2022. Esta es la imagen:
Pero antes de llegar a esta imagen, Man Ray se dio a conocer en los círculos intelectuales y artísticos, dónde destacó por sus fotogramas realizados sin cámara, las llamadas Rayographs / rayografías, en las que mostraba negativos de objetos distorsionados con extrañas composiciones.
De todos los que hizo, The Kiss (1922) fue el más importante. Ya que con ella comenzó su reputación de dadaísta visionario. Tuvo tanto éxito que pudo comprarse su propio estudio en el barrio. Aquí te la muestro.
Otra de las grandes contribuciones de Man Ray a la fotografía fue la solarización. Creada entre él y la fotoperiodista Lee Miller en el laboratorio de Ray por casualidad, pues Miller encendió la luz del cuarto oscuro y vieron que a la imagen que se estaba revelando le pasaba algo extraño. Los tonos de la imagen se invertían, la copia tenía un color grisáceo. Poco a poco Ray perfeccionó la técnica buscando el tiempo que las luces tenían que estar encendidas ante el material fotosensible para crear esta magia.
La experimentación siguió y entre sus imágenes más repetidas y destacadas está Lágrimas, una imagen que, en palabras del historiador de arte Miguel Calvo Santos en este artículo: “La foto rezuma poesía: Esa mirada perdida hacia lo alto (Man Ray, como buen surrealista tenía filia por los ojos…), el conjunto de líneas curvas y sobre todo esas lágrimas de cristal, tan irreales como expresivas, tan exageradas como estéticas. Parecen las de una estrella de cine mudo de la época. Esos ojos en éxtasis, esa mirada envuelta en rímel bien podría recordar también a una Virgen de los Dolores barroca, pero en esa fascinante época de entreguerras.” la definen a la perfección.
En 1940 dejó París escapando de la II Guerra Mundial y se instaló entre Hollywood y Nueva York. Siguió realizando obras y dio clases. En 1951 regresó a la ciudad de la luz, dónde murió en 1976.
Fotomontajes, abstracciones, múltiples exposiciones, artista multidisciplinar,… todo esto y mucho más era Man Ray, artista conceptual que amaba lo irracional y lo absurdo y que buscaba el erotismo en todo lo que tocaba. Cuando le decían que explicara su arte lo hacía con palabras como “Evité deliberadamente todas las reglas”. Y así lo hizo, sentando bases para soñar, crear y experimentar, sobre todo en la Europa de Entreguerras. Con un legado que ronda las 4.000 obras en todas las disciplinas que tocó, muchas de ellas continúan inéditas.
Lo mejor es que en su epitafio en el cementerio parisino de Montparnasse reza: «Despreocupado pero no indiferente». Increíble hasta en la posteridad.
Y con esto te he mostrado uno de mis referentes fotográficos. Poco más que añadir. Te dejo con esta canción.
Hasta próximas reflexiones. Seguiré dejándome inspirar por los clásicos.
Así, con la música de fondo, es maravillosa la reseña sobre la obra de Man Ray. Me encanta la gente creativa, que no encuentra límites y que se expresa de manera tan sublime.